Vivimos tiempos de tanta interactuación entre lo local, nacional y lo internacional, fruto de la avanzada tecnología, digitalización e inteligencia artificial, que hoy difícilmente podríamos reflexionar sobre nuestro presente y futuro, sin una profunda mirada, al mismo tiempo y contexto en los conflictos globales.
Vamos primero por nuestro dilema diario: qué futuro queremos y que estamos haciendo por él en nuestro presente. Estamos en un punto en lo local y nacional donde reina la incertidumbre, la inestabilidad y carecemos de certezas.
Y estamos en ese punto, porque, claramente los desafíos que el mundo actual plantea a diario han superado por mucho y con creces a la gran mayoría de nuestros dirigentes, que se han quedado en el pasado.
No hace falta señalar con mucho énfasis que a las dificultades en todos los ámbitos, se las viene corriendo desde atrás y pocos lideres están a la altura de afrontarla como un desafío a resolver.
El dilema es evidente y los desafios persisten, por lo cual; la pregunta es, si logramos dimensionar y a entender con claridad, que estamos viviendo un mundo diferente
Este mundo actual, con un escenario muy intrincado y pleno de conflictos globales, con una acelerada interacción diaria, ya no tiene espacio ni tiempo para ningún tipo de pequeñeces personales.
Hay países y regiones en guerra, una Europa en crisis, un Estados Unidos en conflicto interno y externo, un nuevo Sur Global y un área Indo – Pacifico que está marcando el nuevo escenario mundial, negarlo o dudar de ello sería absurdo, al que no podemos temer, pero del cual si podemos participar.
Deben entender nuestros dirigentes, que somos una mayoría que repudiamos el pasado, del que nos hacemos cargo, pero este presente no refleja para nada el futuro que si queremos y por el cual apostamos día a día nuestros sueños, claro son nuestros sueños de un futuro distinto, no los de ellos.
Para romper el dilema que nos plantea el presente, para afrontar los desafíos comerciales y sociales que nos plantea el futuro, tenemos que empezar por cambiar la agenda y pensar en un futuro global interrelacionado en redes, no se trata de romper todo, se trata de buscar opciones y tratarlas con inteligencia, sin ideologismo, ni fanatismo.
Si vemos que nuestros vecinos, Brasil y Perú, se juntan con China para un proyecto bioceánico que seguramente va a cambiar el comercio intrarregional, con un Puerto masivo en Chancay, que ya está mirando Chile con interés, no podemos menos que analizarlo.
Si vemos que hay una agenda del Sur Global, participando del nuevo escenario mundial, no podemos menos que interiorizarnos. Y no hablar de temas que hemos tratado en otras notas de este blog, a considerar en nuestra mirada a la región del Indo-Pacífico, la importancia y significado de algunos países de África Oriental o sea de su costa Este, por el potencial económico, estratégico y comercial, tales entre otros Kenia, Yibuti, Tanzania, Mozambique.
Las redes globales de comercialización, con cadenas de distribución, logística multimodal, con la participación de proveedores en cadenas de suministros múltiples y variados desde y hacia todos los rincones del mundo, es hoy una realidad. Debemos incluirnos inexorablemente en ellas y nuestra participación inmediata para nuestras Pymes y emprendedores debe ser de absoluta prioridad, como asimismo incluirnos en la acción de las redes de inversiones de capital, con proyectos y alternativas locales.
No nos cansamos de repetirlo, imitemos a aquellos que se preparan día a día para el mundo que les toca actuar y dejemos las discusiones que nos agrietan para el análisis del pasado que ya vivimos y no supimos abordar con la estrategia y el actuar adecuado.